sábado, 4 de abril de 2015

Andén Verde - Tirma - Artenara - Andén Verde.

Andén Verde - Tirma - Artenara - Andén Verde. 28 de Marzo de 2015

Tras casi un mes sin tocar la bici, me apunté con un buen grupo de amigos a una ruta aparentemente sencilla, larga y de dureza física moderada, pero sin técnica: Tirma desde El Andén Verde y llegar a Artenara. De hecho, Fran y yo habíamos hecho planes para ampliar un poco el recorrido y ver algunos senderillos interesantes. Sin embargo, cuando el cuerpo dice "no", es no.


En esta ocasión, y a iniciativa de Juan Carlos, se organizó una ruta por la zona oeste de la isla. La ruta, a priori, sencilla. Subir desde el Andén Verde hasta Tamadaba por la pista de Tirma, bajar por senderillos a la Cruz de Acusa, asfalto hasta Artenara donde tomar algún refrigerio. De ahí, subiendo por La Atalaya a Los Brezos bajar de nuevo al cruce de Acusa, alcanzando la pista de Tirma por asfalto y volviendo al Andén Verde por esta pista.
Salimos a las 8.30 un nutrido grupo: el mencionado Juan Carlos, Monti, Fermín, Gustavo, Nicolas, Jesús, Juanma, Pedro, Enrique, Paco, Fran y yo.

Personalmente me encontraba muy bien. Llevaba la mochila grande con unas coderas y rodilleras prestadas (gracias, Oriol) y mientras iba pedaleando no hacía otra cosa que ir pensando en las "alternativas" que le había propuesto a Fran. Todo iba sobre ruedas (el 26, yo 29 jejejeje).


Saliendo del Andén Verde

Comenzando a subir

Descendiendo a la Casa de La Marquesa


Llegados a la Casa de La Marquesa, y tras saludar al señor que allí vive, estuvimos recabando información acerca de cierto camino para la vuelta. Y con esa promesa para la vuelta, comenzamos la ascención.

Juanma llegando a la casa de La Marquesa
Y cuando digo comenzamos, pues fué eso, solo comenzar, principiar que se diría antiguamente, pues nada más pasar el puentillo tras la Casa de La Marquesa, Fran tuvo la mala pata de pinchar.

56 minutos arreglando la jodía rueda. Gastamos la caja de parches de Fran, y de los míos, que eran de pegue, no de los clásicos, alguno que otro. Dos púas saqué del neumático, y milagrosamente con el último parche pudimos enmendar el estropicio. Y encima el iba (y va) con 26, y yo con 29, así que no había forma de arreglar aquella rueda que no fuera arreglando la cámara. Ya nos veíamos volviendo pal coche caminando. Pero bueno, con una hora de retraso, salimos a ver si los cojíamos (¡arrecha!)

Comienza la subida tras el pinchazo

Fuerte rato largo estuvimos entreteníos.
 Mientras tanto el resto del grupo continuó subiendo. Juanma, que está como un toro, volvió para atrás ya que al no haber cobertura ninguna perdimos el contacto. Volvió, no estuvo llamando tanto a voces como telefónicamente, pero no hubo manera. De hecho se comentó que creían que estabamos de belingo mirando algun caminillo. Ya era mala pata.

El grupo continuó subiendo, tomándose alguna que otra foto ya que al haber llovido recientemente estaba todo muy verde, con numerosos barranquillos corriendo. Todo precioso.

Muchas cascadas vimos ese día, tras las lluvias estaba todo precioso
Celebrando el haber subido, Tirma se pega
 Una vez llegado al asfalto, estuvieron un ratillo esperándonos, pero continuaron viendo que no llegábamos rumbo a Artenara. El problema de la falta de comunicación, al no haber cobertura de ninguna compañía, nos tenía a los dos grupos en que nos habíamos dividido en la incertidumbre de qué hacía el otro.

Un descansito... a ver si aquellos dos gandules nos alcanzan
Nosotros dos, los rezagaos, salimos por ahí pa rriba no como alma que lleva el diablo, pero sí que a buen ritmo. Yo iba forzando, las pulsasiones las llevaba casi a tope todo el rato, el garmin no paraba de zimbrear y de pitar avisándome, pero intenté confiar en mis posibilidades y tiré pa rriba too lo que pude. 



 Coronamos la carretera en un santiamén, y ahí comenzó lo bueno: los senderos. Sin embargo, la subida comenzó a pasarme factura. Fran paraba a cada rato a esperarme. Ya iba mal.

Fran esperándome
 Pero bueno, esta era la parte golosona de la ruta inicial, así que ya oliéndome el que no me iba a poder salir mucho de ella, me las tomé como el plato fuerte del día, disfrutándo cada recobeco de estos caminos. Sin embargo, ya casi llegando al cruce de Acusa, y en pleno éxtasis "cicloide-descentero" le comento a Fran lo bien que me lo iba pasando con un común comentario de "que guapo está esto" ...... que no oyeron ni los cuervos. Iba solo. Me asusté, pensé que a Fran le había fallado la rueda y se había caído. Gracias a Dios no se cayó, pero la rueda sí que le falló. Ya era mala pata.

Allí paramos, y decidimos esperar a que volvieran a ver si tenía alguno una cámara de 26. Llamamos por teléfono, y nos comentaron que estaban tomando reconstituyentes en la cafetería de la gasolinera, pero que ya se venían.  Justo allí había un minibus con su chófer. Estaba esperando a unos clientes que habían contratado la guagua para llevarlos de vuelta tras una caminata. Y claro, como no había nadie más por allí, nos pusimos a alegar. Resultó que el muchacho corría en el desaparecido equipo McDonalds, y que también era un "biker" aficionado como nosotros, un "biciclista" que diría un amigo mio.

A los pocos minutos aparece Juanma con una cámara..... ¡y dos cervezas! joder, eso sí que es un detalle de esos que sólo los amigos te pueden dar.

Tomando un reconstituyente
Pero la diosa fortuna no estaba de nuestro lado, ni mucho menos. Juanma, que lleva 29, pidió una cámara de 26 y vino raudo a traérnosla..... pero lo que ninguno paró a pensar era en la válvula, trajo una de pitorro gordo y las de Fran eran de las finas..... no le sirvió. Cuando llegó el resto del grupo, sólo uno tenía 26 pitorro fino. ¡uno! Pero bueno, lo que sí habían eran parches, así que se remendó nuevamenten la rueda y seguimos.

Arreglando la rueda, y reagrupándonos.
Con el tema de las diferentes medidas y encima los distintos tipos de rueda, sólo había uno que le pudiera prestar una cámara. Esto del MTB se está convirtiendo en una especie de Babel de medidas y especificaciones haciendo que cada uno tenga que llevarse sus repuestos ya que muy muy probablemente no te sirvan los de tu compañero.

La vuelta por asfalto empezó a pasarme factura. Ibamos en la cola Juanma, Fran y yo, pero la punta de la cola era de mi propiedad. Iba arrastrándome. Mucho me temía el subir el tramo desde la Casa de La Marquesa a la barrera. Por supuesto, todos mis sueños de mirar este o aquel camino "extra" ya se habían desvanecido. Otro día será.

Volviendo a Tirma por la carretera de Tamadaba
La bajada por Tirma la hize en plan suave, no así Juanma y Fran, a los que pronto perdí de vista. Iba moliíto. Me quedé con los compañeros que iban más rezagados, y realmente iba más pendiente de no irme al suelo que de disfrutar la bajada. Al haber tanta tierra y piedra suelta en según que curvas no era conveniente correr mucho (a ver si esta excusa se la creen mis lectores, la verdad es que iba tan molio que no tenía ni ganas de bajar corriendo).

Juanma a su paso por Tirma, ya de vuelta
 Justo en el puente donde Fran pinchó a la subida hizimos un nuevo y último reagrupamiento. Ya el tiempo se nos venía encima, y tras contar que estábamos todos, salimos ya rumbo al Andén Verde.

Reagrupándonos a la vuelta

Gustavo preparándose para el último tramo


Incombustible Fermín


Segundo paso por La Casa de La Marquesa, ya a la vuelta
 Y mis temores se hizieron realidad. Iba mal, tuve que poner pie en tierra. Iba reventao. En ese momento me acordé de nuestro santo padre y le pedí ayuda... se ve que el hombre estaba entretenío porque no me hizo caso ninguno. Hacía mucho tiempo que no sufría tanto encima de la bici. Gracias a La Virgen que vino conmigo Fran "el angel de la guarda", no se despegó de mi ni un pizco y me dió animos todo el rato. Incluso se ofreció a llevarme el macuto, pero a morruo no me gana nadie y seguí con ella sobre las espaldas hasta el final. Nuevamente, gracias Fran.

Cuando llegué a la barrera, donde comienza la última bajada, vi los cielos abiertos, y me tiré pa llegar al coche, parar el endomondo, recoger la burra y tirar pa casa. No paré ni a beber cerveza, bueno sí que paré, pero no probé el zumo de cebada en esta ocasión, sino que me bebí una colicola de esas y tiré pa casa... taba molio. El resto de compañeros, a excepción de Fran que no me quiso dejar volver conduciendo solo, se quedaron en el Bar-Tienda Casa Lolo ..... esa parte de la ruta me la perdí.

Esta parte de la ruta me la perdí, muy a mi pesar
Supongo, analizando lo sucedido ya con algo de perspectiva, que el parar tanto con la reparación de la rueda, el forzar subiendo y el estar parado otro rato cuando esperamos que nos trajeran la cámara me terminaron de reventar. Eso, y la bronquitis que hasta 5 días antes me tuvo con antibióticos, corticoides, inhaladores y demás vainas que te dejan el cuerpo cortao.

Nuevamente he de dedicar unas palabras a Monty. Sé que para subir Tirma no hace falta una bici de 5000 euros, pero hacerlo con su bici al ritmo de los demás del grupo, bajarlo como si llevara una doble de XC y encima con una sonrisa siempre dibujada, con alguna broma que ameniza cualquier ruta, es algo que no me jarto de recalcar. Lo de este hombre tiene mucho mérito. En serio.

La Bici de Monti. Está hecho de otra pasta este hombre



Enlace a la ruta en el wikiloc de Juan Carlos: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9169234

Enlace al vídeo grabado por Nico en el blog de Funenas: http://funenas.blogspot.com.es/2015/03/ruta-anden-verde-tirma-artenara-anden.html


Publicado por Juan Manuel "IronJuan" Mederos
Enlace Runningfreeonline


























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