Circular nocturna por Las Palmas de Gran Canaria:
La Minilla,Giles, Frailes, subida Herradura, Almatriche, San Lorenzo, Guiniguada
Ya que la semana anterior tocó ruta noctura por Amagro (enlace), esta semana tocó en "campo contrario", es decir, ya que los de Las Palmas subieron pal norte el miércoles anterior me tocó a mi bajar pa la capital esta semana. La ruta propuesta es una ruta sencillita, con algo de asfalto pero.... de noche todos los gatos son pardos.........
8 de abril de 2015
Quedamos a las 7 en los aparcamientos del tradicionalmente llamado Cementerio del Puerto, hoy por avatares de la vida conocido como "zona de La Minilla". Yo llegué un pizco antes, y Juan Carlos haciendo de anfitrión me estuvo enseñando algunos senderillos de por allí. No eran el ventoso, oiga, pero para calentar servían más que bien, y a uno todo lo que sea tierrita me vale.
A la hora indicada llegamos a los aparcamientos. Allí nos esperaban casi todos..... bueno, más bien 4, el resto fueron llegando "al golpito". Cuando logramos salir ya eran las y media. Era un miércoles, y claro, el que no viene de trabajar viene de llevar al niño a piscina o de hacer un recado a su señora. Entre semana encotrar tiempo para pedalear es complicado. Es por ello que le voy cogiendo el gustillo a las "rutillas nocturnas". No es que pueda volver a casa a las 3 de la mañana de coger la bici, pero al menos puedo darme una vuelta de unas horillas sin el agobio de que "me coja la noche por ahí".
Comenzamos (y terminamos) la ruta un buen grupillo: El propio Juan Carlos, Pedro, Josele (que definitivamente se pasa al lao nocturno), David, Jesús, Nicolás, Paco, Jorge y un humilde servidor.
Salimos rumbo a Las Torres callejeando.... y pisando alguna acera.... ¡ahi coño! que eso está prohibido... bueno, digamos que no la pisamos realmente.... pa la próxima hay que fijarse un pizco. Llegados a cierta curvilla por debajo de la urbanización industrial, comenzamos la bajada al barranco de las Majadillas. Un pequeño aperitivo.
Abajo, y tras un corto llaneo, comenzamos una de las subidas (y bajadas) más transitadas por deportistas de toda la isla. La subida a La Cabeza del Morro por la antigua carretera, hoy en desuso, que comunicaba la ciudad con el barrio de Los Giles.
Esta subida es bastante exigente, no porque sea por tierra que no lo es, no porque sea larga de cojones que tampoco, sino por el desnivel que se salva en pocos metros, y sobre todo, por estar en el mismísimo comienzo de muchas rutas con lo que uno la afronta "frío" y sin calentar.
Arriba están "Los Giles". Son las llanuras y laderas que rodean la montaña homónima. Hasta no hace mucho eran el suelo usado por una multinacional hortícola con sede y capital grancanario para plantar tomates que exportaban al extranjero. Hoy, aunque se siguen plantando en otras zonas de la isla, aquí se ha abandonado el terreno, y prueba de ello son los restos de invernaderos, muros, celosías, camellones, cuartos de aperos y cabezales de riego en ruinas.....
Bordeando la montaña de Los Giles dejándola a nuestra derecha llegamos a Lomo Los Frailes, que atravesamos y continuamos hacia La Dehesa por la subida de La Herradura. Corta subida pero "sustanciosa".
En Almatriche nos alcanzó la noche. Tiempo para chalecos reflectantes (algunos, no todos, y eso que es obligatorio), focos, catadióptricos, luces intermitentes, gafas de sol... uhy, se me me ha colao
No me cansaré de decirlo, la ley está pa cumplirla.... y las multas son caras de pagar. Y sobre todo, como ya he dicho alguna vez, prefiero que se rían de mí porque al que me vió le pareciera un árbol de navidad a que no me viera y me llevara por delante con su coche volviendo "con prisas y ligerito" de vete tu a saber dónde.
Bajamos al Dragonal, y junto al bar comenzamos una rapidísima bajada que nos lleva al comienzo del sendero. Difícil pasar por el caminando. Lleno de piedras, sujeto a un nulo mantenimiento, que discurre por el mismo cauce del barranco, con más piedras que una cantera, cubierto de más vegetación que la selva donde vivía Tarzán.....
Bajar este tramo fué un acto de fé. No tuvimos ninguna caida grave, aunque David se marcó un "supermán" y un "escorpión" casi seguidos. No se veía nada, y no era por los focos, que funcionaban a pleno rendimiento. La vegetación impedía ver más allá de dos palmos, aparte de que de poco te valía, que eran curvas muy seguidas y cerradas, y eso cuando no se te metían dos ramas en el casco o el manillar se enganchaba en algún lado. Coger las curvas era jugársela. Yendo detrás de David iba gozando, pero después de su "volada" me pasé delante" y el que las pasó canutas fuí yo. Si hubieran habido 100 billetes de 500 euros en el suelo no los hubiera visto... tanta piedra, tanto tenique, tanta hoja, tanta rama.... a Dios gracias que toy aquí.... y a Dios gracias por habermelo pasao tan bien... Iba aunque sufriendo disfrutando de esa manera que sólo el que ama una bajada jodidilla puede entender. Por eso digo que era poco menos que un acto de fé, no sabías si a la salida de la curva habría un tenique, un salto, un guardia jurado o un poste de teléfonos, simplemente girabas el volante sin ver lo que habría detrás de ese recobeco y "que sea lo que Dios quiera".
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| Esto es lo que veíamos ... o sea, una mie#@* |
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| Lo de sendero es un decir, más bién debería decir "pedregal" |
Atravesamos un corto recorrido por una pista de tierra que da acceso a unas fincas, un pequeño respiro en medio de tanto sendero técnico... que aún no había acabado. Nos quedaban unos metros, pero con una sorpresilla.... el camino en cierto lugar se abre y llega a una represa, con un salto de altura considerable (de noche acojona) ... y donde tienen ya instalada una imagen de la Virgen pa que le des gracias si no te caiste.
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| "Gracias mi señora por no haberme dejao que me arriscara" |
Nos reagrupamos al comienzo de la pista de tierra que da acceso a las pocas fincas de plataneras que quedan en el antaño lleno de vida Barranco del Guiniguada. El progreso dicen...... La vida fácil, supongo. Ya nadie quiere estas tierras, que "taparon mucha hambre en el pasado". Una pena, sinceramente.
Pero a lo que íbamos.... la pista.... la pista..... la velocidad..... la falta de luz.... adrenalina pura. Como aviones íbamos por ahí pabajo. Yo hacía algún tiempo que había estado pero no lo recordaba todo, y me comí algún que otro salto. El que daba miedo era Josele. Con la rígida iba como un tiro.... hasta que pinchó la rueda trasera. Y menos mal, estaba adelantándome jejejeje
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| Pit-Stop |
Mientras reparábamos la ruedilla los perrillos de la finca aledaña no paraban de ladrar.... tal fué el escándalo que se nos acercó un señor a ver que pasaba. Creo que se extrañó de ver ciclistas de noche por allí, su cara reflejaba más asombro que otra cosa. La verdad que un grupo de hombres hechos y derechos a esa hora montaos en bicis con linternillas era algo que no creo que viera todos los días. Bueno, lo de "hechos y derechos" era por decir algo jejejeje
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| ¿Chacho viste aquella curva? |
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| Se acabó lo bueno |
Pero todo lo bueno se acaba, y esta pista no es infinita. Llegamos a la "civilización" tras nuestra pequeña escapada por el barranco. Y aquí no hay tu-tía. Para volver, asfalto. Por Ciudad. Por Calles. Con Semáforos. Con Coches. Con Guaguas... Así que por la calle Priemero de Mayo que luego se transforma en Paseo de Chil, chica por cierto, regresamos a la zona de partida. No es que me queje, es más, entiendo que la única manera de volver era por asfalto y callejeando, pero es que de noche, ciudad, coches y bici no son una ensalada que me guste saborear. Pero es eso, no hay más remedio y es el peaje a pagar por una ruta con una bajada golosona por el Guiniguada a esas horas.
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| Más larga que un día sin pan |
Tras la ruta, cómo no, una bebida reconstituyente, aunque casi expres.... eran las 11 de la noche y al día siguiente era día de la cruz (mi cruz de todos los días) y yo aún tenía que meter la burra en el camión, llegar a Guía, bajarla, amarrarla al guayabero y subir pa la cueva.... pero me metí en el sobre con una sonrisilla recordando el haber bajado el Guiniguada formando parte de un escuadrón de aviones a reacción de vuelo rasante nocturno.
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